Pero veo que la dirección de LIBERBANK ha preferido explicarme cómo deberían ser esos regalos.
- En primer lugar, supuso para mí una sorpresa, porque yo creí que a partir del 1 de
enero iba a cobrar mi salario íntegro por primera vez después de 6 años. El
asombro fue mayúsculo cuando me dijisteis por correo que me ibais a seguir ‘tangando’
la nómina.
- A continuación, tuve un ataque de ira, una emoción que me produjo una importante irritabilidad mezclada con impotencia y rabia contenida por la sensación que produce trabajar en un sitio donde no sólo no te valoran, sino que te persiguen sin motivos.
- Esto dio paso a una gran tristeza, pena personal por sentirme tan mal
sabiendo que no lo merezco, sentimiento de soledad ante una incertidumbre
permanente desde una dirección que, incomprensiblemente, machaca a los suyos.
- Finalmente me sentí a medio camino entre
el miedo a
no ser capaz de mostrar el resto de emociones para no ser objeto de represalias
en forma de traslados, despidos, etc., algo que ya se ha vuelto habitual en
esta empresa, y la repugnancia por saber que el dinero que le quitáis a mis
hijos, por la fuerza y sin acuerdos, va a servir para pagar la subida del
sueldo de un 90 por ciento de quien tomó la decisión.
“los que te hacen sentir especial”
Mira, eso sí. Siento que soy tan especial dentro del sector bancario que a pesar de que trabajo más que la media del sector y que soy el peor retribuido, todavía les parece poco y siguen metiéndole mano a mi salario. Como para no sentirme especial, especialmente pringado.
“los que te sorprenden”
Ya lo he dicho, esa fue la primera emoción cuando leí su correo donde se dice que todo va muy mal mientras en la prensa económica los mismos dicen que todo va muy bien, y por primera vez en este banco y en el sector financiero, todos los sindicatos se han unido para decir que no existen causas motivadoras para recortar salarios. Como para no sorprenderme.
“aquellos con los que puedes soñar despierto”
Sí, exacto. Ese es mi caso, ya estaba soñando con ser una familia normal, poder disponer de mi salario para ir algunos días de vacaciones, de comprarles a mis hijos esas cosas que tienen casi todos sus amigos. Cosas normales, con eso soñamos las personas normales.
Naturalmente. Para mí, y estoy seguro que para todos mis compañeros, el mejor regalo, el regalo perfecto, sería trabajar en una empresa normal, una empresa que me tratara con respeto. Una empresa a la que no sea necesario pedirle en las pancartas que nos trate con educación y en la que no sea necesario tomarse un ‘lexatin’ antes de ir a trabajar. Fijaos con qué poco nos conformamos.
Me parece que no os estáis refiriendo al friends forever precisamente. Creo más bien que se trata de un mensaje subliminar para que aceptemos que los recortes se han cronificado, que serán para siempre, y queréis dulcificarlo con el espíritu navideño.
¿Sostenible? ¿Y eso que es? Si se trata de que sigamos siendo proveedores de los accionistas a la fuerza y con mentiras, mejor que no sigáis trabajando el año próximo. Y eso que igual hay suerte y la nómina nos la paga otro que no considere a los trabajadores como enemigos.