POSICIÓN
DE CSICA ANTE LA
ENCRUCIJADA
DE LIBERBANK
Dos acontecimientos
importantes para la vida accionarial de Liberbank se han producido o van a
producirse este mismo mes. Por una parte, una ampliación de capital de cierta
relevancia, y por otra, la decisión de los supervisores de la Bolsa sobre la
restricción de operar a corto con las acciones del Banco.
Un colectivo importante de la
plantilla nos pregunta por nuestro posicionamiento al respecto en nuestra
condición de sindicato mayoritario, y éste debe girar en torno a cómo podrían
trasladarse estas circunstancias a los trabajadores.
Parece que un sector de la
prensa ha calificado esta ampliación de capital como una forma de “blindaje”
ante los movimientos especulativos de los inversores, y en cierta forma también
como garantía de continuidad en solitario de la entidad, a menudo relacionada
con operaciones de absorción.
Y la respuesta es sencilla, CSICA sólo tiene una función en su
condición de sindicato profesional e independiente, que es buscar garantía en
el empleo, respeto de nuestras condiciones de trabajo, y que las relaciones
laborales se ajusten a la normativa vigente y a los convenios colectivos.
En condiciones normales y con
una gestión profesional adecuada de los dirigentes del Banco, estas garantías
creemos que se encontrarían mejor protegidas con una continuidad en solitario
de la actividad del Banco. Pero este no es el caso.
Y no lo es porque Liberbank
se parece hoy más a un cortijo mal gestionado que a una entidad financiera. Y
esta calificación no es gratuita. Tan sólo seis años han bastado para que su
equipo directivo se haya hecho acreedor a esta valoración. Apoyamos nuestra
afirmación, nada exagerada, en algunas circunstancias acaecidas que revisten
absoluta gravedad:
1.
Estos dirigentes
han hecho quebrar la seguridad jurídica convirtiendo en lugares comunes, no
solo la falta de respeto a las resoluciones administrativas, sino a los
derechos fundamentales de los trabajadores y sus representantes, a la ley, al
incumplimiento de las Sentencias firmes de los Tribunales, de los acuerdos, de
los convenios o de los pactos suscritos con los sindicatos. Todo ello con
abundantísima casuística.
2.
Estamos hablando
de unos dirigentes que adolecen de cualquier ejemplaridad ética, que se suben
de forma importantísima su sueldo mientras aplican severísimos recortes a la
plantilla, o que no dudan en retribuir a los accionistas mientras la totalidad
de los trabajadores cobran del desempleo parcial.
3.
Las relaciones
laborales están presididas por la constante mala fe, siendo la presión a la
plantilla de tal calibre, que el absentismo dobla el existente en el resto del
sector, convertidos los dispensarios médicos en último refugio de centenares de
trabajadores afectados por constantes riesgos psicosociales no medidos ni
evaluados, pese al requerimiento reiterado de la Inspección de Trabajo.
4.
Una dirección que
no duda, de forma reiterada, a pesar de varias sentencias del Tribunal Supremo,
en secuestrar o censurar la información sindical o en presentar cuentas
alternativas en la Mesa de Negociación con los Sindicatos, arrojando pérdidas,
para despedir trabajadores, mientras las que formulan en los registros públicos,
presentan beneficios.
5.
En tan solo seis
años se agolpan en Juzgados e Inspecciones de trabajo de toda España, centenares,
y seguramente ya miles, de denuncias y demandas, hasta el punto de que la
fiscalía ha entendido que esa reiteración podría ser constitutiva de
punibilidad penal, algo absolutamente inédito en el panorama de entidades
financieras.
6.
Un equipo
directivo que es, casi en exclusiva, protagonista de noticias negativas que
afectan de forma importante a la imagen pública del Banco, desprestigio
reputacional que se ha trasladado sin duda a la cotización de su acción.
Desde CSICA hemos recordado a esos directivos, amenazas mediante, que
nadie está por encima de la ley en un estado de derecho, algo que hemos
combatido en sede administrativa y judicial,
sin que haya servido para que el empresario varíe su actitud, ni
siquiera cuando de Sentencias firmes del Tribunal Supremo se trata.
Por todo ello, y ante este
escenario de movimientos accionariales, CSICA
cree que ese objetivo de estabilidad de la plantilla NO está garantizado, ni
mucho menos, en la situación actual con esta directiva que ya ha acreditado bastante
incapacidad para llevar el proyecto adelante, mostrándonos receptivos a la hora
de valorar otras alternativas que vengan a corregir esta inseguridad de la
plantilla de cara al futuro, ante su falta de sentido de pertenencia a la
entidad.
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