lunes, 27 de julio de 2015

ANÁLISIS DE COMPETITIVIDAD (II)


Los recortes que sirvieron para todo


Flaco favor haríamos a toda la plantilla si no entráramos a analizar lo que pudo haber sido el ERTE y no fue. Sustancialmente en la mesa de negociación de lo que se habló (antes de las reuniones a escondidas) fue de la postura a adoptar ante las causas económicas aducidas por la empresa (siempre referidas a dic-2012, año de pérdidas por afloramiento del ladrillo), y si las medidas a tomar deberían ser  de carácter conyuntural (reducción de jornada y otros) o medidas estructurales (salidas programadas, pactadas y negociadas de unos 600 trabajadores).

Allí se dijeron algunas cosas peregrinas, como que era la UE quien les había impuesto esas condiciones, lo cual tuvimos ocasión de comprobar más tarde que no se correspondía con la verdad ya que fue LBK quien las propuso. Inicialmente todos los sindicatos estábamos de acuerdo en que dichas medidas debían ser estructurales, pero sólo CSICA sostuvo esta argumentación con datos, con los datos oficiales ya disponibles a Setiembre de 2013.  En la Audiencia Nacional, unos meses después, el empresario y los sindicatos firmantes consagraron los recortes salvajes cómo único camino a la salvación, aunque para ello tuvieran que referirse insistentemente al cierre de 2012 cuando ya estaba avanzado el año 2014.

Hoy estamos en condiciones de comprobar cómo se hubiera comportado la competitividad comparada en el supuesto de que LBK hubiera implantado medidas estructurales, al igual que hicieron la TOTALIDAD de nuestros competidores financieros.

Resulta hoy, desde la perspectiva del tiempo, ridícula y esperpéntica la puesta en escena del empresario, que en lugar de entregar los datos para que los sindicatos calcularan el impacto económico de sus propuestas, jugaban a que unos dijéramos un porcentaje de reducción y ellos contestaran si les parecían bien los “ahorros” de nuestra propuesta, como si de una subasta macabra se tratara. Que nadie piense en una negociación en igualdad de condiciones, propuestas cuantificadas, etc. Eso no existió. Y así salió ello.

Los recortes que se firmaron en el ERTE de Dic-2013 ascienden a unos 90 millones de euros por año, pero si las medidas estructurales propuestas (salidas incentivadas, negociadas y pactadas) hubieran sido la alternativa de elección, el “ahorro” en gastos de personal hubiera ascendido a unos 50 millones de €/año.

¿Y qué repercusión hubiera tenido ello para la competitividad de LBK?. Pues iremos desgranando en sucesivos comunicados cómo habría afectado a las distintas ratios. La eficiencia de la que os hablamos en el comunicado anterior se habría visto incrementada en 4 puntos porcentuales, situándose prácticamente en la media del sector, por debajo de CAIXABANK, IBERCAJA o KUTXABANK en cuanto a nuestro sector de referencia, muy por debajo también de la media de los Bancos de la AEB, y al mismo nivel que el BBVA, banco del que no se puede decir que esté mal gestionado precisamente.

A cambio, este empresario hubiera fraguado unas relaciones laborales serias, la paz social estaría garantizada, no andaría jugando a la ruleta rusa en el Tribunal Supremo corriendo el riesgo de quedarse sin “ahorros”, y tampoco habría arrastrado la imagen del Banco por juzgados, dependencias oficiales y medios de comunicación. Todo eso a cambio de 40 millones € en los años 2014 y 2015, para finalmente terminar ofertando esas mismas medidas estructurales unos meses después.

La explicación es que la rebaja en la partida de gastos de personal ha debido servir para muchas otras cosas, además de para defender la competitividad de LBK. También ha servido para dividir a la plantilla en dos grandes grupos a base de implantar esas medidas de forma asimétrica. Asimismo también ha servido para sacar un dinerito con qué retribuir a los accionistas y clientes  engañados por preferentes, y de modo muy especial a enjuagar las carencias de gestión que permiten a otros competidores lograr mejores rentabilidades jugando en el mismo mercado, como podemos ver en los gráficos adjuntos. Para todos esto, amigas y amigos, ha servido nuestro dinero estos 2 años.

Veamos el dato comparado de la productividad que sacan nuestros directivos al negocio que gestionan. Lo vamos a comprobar en forma de margen de intereses sobre el negocio (débitos de la clientela + créditos a la clientela) y de margen bruto sobre el negocio. Es muy fácil deducir que estamos prácticamente los últimos en estas ratios.
                                                                    



Resulta obvio que si la rentabilidad del negocio gestionado se situara sólo en la media de nuestros competidores no habrían sido necesarios recortes de salario salvajes. Y es que cuando el campo, la pelota, los espectadores y el árbitro son los mismos y gana siempre el otro, pues verde y con asas, un botijo.

1 comentario:

  1. Ha día de hoy, llevamos 2 años de ERTE, yo soy de los agraciados con todo, trasladado a tomar x culo, 50% de reducción, 30% de reducción.
    Y nos faltan otros 2 años.
    Si ha día de hoy estoy cobrando una mierda, debo 30 cuotas de la hipoteca, vivo de la caridad de mi familia y doy gracias a dios por ello.
    Dentro de dos años esto va a ser la bomba, jejejeje

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