CSICA propone un nuevo “contrato social”
Sr. Menéndez:
Habría que ser muy obstinado
para no darse cuenta de que LBK es un cúmulo de mala praxis bancaria. Y no lo
decimos sólo por esa espada de Damocles permanente que es CCM, devaneo
político-financiero suyo que soportamos entre todos. No estamos hablando sólo
de Balances ni Cuentas de resultados, sino del Balance social de un Banco que
ha vivido 6 años subvencionado y ni así ha logrado un clima laboral idóneo para
competir en el mercado. Subvencionado por el Estado (CCM), pagando bajas y
desempleos, por los trabajadores que le hemos entregado más de 400 millones de
euros, y por las propias comunidades autónomas que le entregaron
(gratuitamente) el sudor centenario de su clientela, a la que además obligó, en
muchos casos, a convertirse en accionista.
La mala praxis se objetiva en
los números contables del Banco, inferiores a la suma de todas estas “subvenciones”,
pero sobre todo en la foto fija de las relaciones interpersonales que son
un absoluto desastre.
Estos 6 años de nefasta
gestión han servido para perder en los “territorios de origen” la mitad o más
del negocio que habíamos tardado en consolidar por espacio de más de 100 años. Con
ser ello grave, es mucho peor haber perdido la confianza de decenas de miles de
clientes que se convierten en los peores embajadores de la marca, por mucho que
los suyos traten de ocultarlo con encuestas ad
hoc, como los malos políticos.
Vd. y su Banco son noticia
negativa constante en los medios de comunicación, también en los juzgados sosteniendo
conflictos caprichosos e imposibles, y en la Administración con centenares de
actas de infracción que le sancionan hasta por obstruir su labor inspectora. Es
tal la reiteración de conductas antijurídicas que alguno de sus acólitos se
encuentra ya en las puertas de los
juzgados de lo penal. No respetar los derechos de los demás, clientes y
trabajadores, por más fundamentales que éstos sean, quedarse con el dinero de
las trabajadoras cuando dan a luz, trasladarlas aprovechándose de su estado de
necesidad, hacer la vida imposible a la plantilla duplicando el absentismo del
sector para que sea el Estado quien pague, de forma permanente, a 150
trabajadores con problemas psicológicos, no respetar las sentencias de los
tribunales, por más Altos que estos sean, o no cumplir los acuerdos o convenios
colectivos que firma, son algunos de los rasgos esenciales de su gestión.
Desconocemos si alguna vez le
dijeron que cada directivo no es otra cosa que el equipo que le rodea. Y su
equipo, Sr. Menéndez, ya ha acreditado suficientemente que no está a la altura
de lo que se espera para un Banco nuevo en un escenario hostil. Para muestra un
botón. Vd. le encargó la estrategia
comercial a un directivo de nuevo cuño que no había trabajado ni un solo día en
un Banco. Era tal su grado de especialización que cuando tuvo que quitarlo se
fue a otro Banco a encargarse de la informática (de donde le largaron por
dejarles más de un mes sin ordenador, por cierto).
No hemos sido capaces después
de 6 años de ponernos de acuerdo en si los miembros de su equipo con los que
tratamos, son más incapaces que soberbios, o alternativamente una mezcla de
ambos, no dudando en algún caso en hacerle la pelota en las redes sociales, suponemos
que para mantenerse en el puesto. Patético.
Convendrá con nosotros Sr.
Menéndez —y lo decimos a título de ejemplo— que no tiene ningún sentido
sentarse en una mesa de negociación con el Director de Recursos Humanos y que éste
adopte una pose de auténtico enemigo, con mirada torva de las que no matan
porque no pueden, y en la que se reflejan, de golpe, todas sus políticas de
personal que está llegado a extremos insospechados, el último, exigir por
escrito que le cuentes el diagnóstico
médico de un hijo cuando pides un permiso para acompañarle en una operación quirúrgica.
Políticas de personal que han
convertido a una plantilla que era líder en cada uno de sus territorios,
apreciada por sus clientes, y amigos en muchos casos, en un hervidero
maledicente que no siente los colores. Y sólo en 6 años.
No sabemos si se ha parado a pensar que la política comercial del Banco deben aplicarla en las ventanillas esos mismos trabajadores que son perseguidos, humillados y afectados en su dignidad sin motivo alguno. Y deben hacerlo con clientes a los que el Banco trata como enemigos también, y que sólo con una labor proactiva de esos mismos trabajadores podrían ser retenidos para la marca.
Creemos Sr. Menéndez que aún
estamos a tiempo de reaccionar. Debe Vd. rodearse de personas que sean
profesionales de verdad de las relaciones laborales pero sobre todo de las
relaciones humanas. Profesionales que se dediquen a motivar a esa plantilla que
ha demostrado ya en buena parte de su vida laboral su competencia, que han
perdido sólo al caer en manos inadecuadas.
Sin embargo, en CSICA creemos que aún no es tarde, y que con
cambios adecuados estaríamos a tiempo de no perder el norte definitivamente.
Por eso le ofrecemos un nuevo “contrato social”, al que cada una de las partes se vincule de buena
fe, analizando los errores cometidos y buscando solución a los problemas.
Vd. no puede instalarse en el
negacionismo. Tiene la obligación de recuperar la motivación de la plantilla y
además debe hacerlo rápido. Con profesionales de verdad. De los que no
consideren a los trabajadores como enemigos sino como colaboradores
imprescindibles.
Antes de que sea tarde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario, en breve estará visible.