20/06/2018
Parece que a Menéndez le ha ocurrido lo mismo que le pasó a
San Pablo camino de Damasco, cuando iba persiguiendo cristianos de modo feroz.
Este apóstol, tras caerse del caballo sin que se sepa por qué, sufrió una
catarsis, adquirió la revelación divina, y dejó de martirizar ipso facto.
A nuestro CEO le ha debido pasar algo parecido, pues siendo
el más fiel exponente neoliberal del capitalismo salvaje sin escrúpulos,
después de llevar 7 años estrujando a los trabajadores y a nuestros bolsillos,
a las mamás, a los papás, y a todo quisqui, ahora de súbito, ha decidido
conceder un “plus de productividad” a los trabajadores, como reconocimiento al
esfuerzo y a las maldades padecidas, merced a su pésima gestión.
¿Alguien se cree esta tomadura de pelo? Igual algunos sí (la
centuria pretoriana del CEO, los “sindicatos amigos” UGT y CSIF, más los
arrimados al santo), pero no así la inmensa mayoría de la plantilla y los “sindicatos
rebeldes”, entre los que está y estará siempre CSICA. Lo que le pasa a Menéndez
es que ahora le aprieta el zapato porque tras las sentencias de la AN y el TS
que declararon nulo el ERE 247/13 no hizo los deberes, y ahora no quiere asumir
la condena en firme de la Judicatura.
La solución que han parido en la Escandalera ha sido
fabricar este “complemento de productividad” a toda pastilla. Han tratado de
que los “sindicatos amigos” se tragasen el sapo en Madrid la semana pasada, sin
éxito claro está (una negociación sin actas, sin propuestas, y a oscuras como
siempre, no era presentable), con el fin de que los trabajadores no demandasen
y a cambio LBK les concedería generosamente este complemento. La clave es no pagar,
por no haberse provisionado, y alargar el lío.
La negociación del hotel Liabeny de Madrid fue un fracaso esperado
y acabó como el rosario de la aurora, pero LBK y su CEO no tienen más remedio
que seguir con su maquiavélico plan en solitario (menudo papelón el de UGT),
para demorar el pago de la condena judicial impuesta, todo lo posible; pero
dando a entender que Menéndez se cayó del caballo y que nos va a conceder
durante 8 años generosamente un plus, que han llamado de productividad. ¿Qué
pasa, que antes no producían los trabajadores?
Este engendro, es una cortina de humo, especie tinta de
calamar para confundir y despistar a todos, reguladores incluidos. El fin de
LBK es ganar tiempo, demorar el pago, pagar lo menos posible, y si puede,
suprimirlo en breve.
En el día de ayer, el “laboratorio del mal” instalado en la
Escandalera, puso la maquinaria a funcionar. Se publicó una Circular sobre la
dádiva envenenada de LBK a media mañana, y horas después cada trabajador tenía
en su correo un documento estándar para
adherirse al cobro del plus, recibido sin firma por parte de responsable
alguno. La fecha tope de adhesión es el 30 de junio. A cobrar en 8 años, y
hasta los 63.
El “contrato de adhesión”, es un engendro de nula validez
jurídica, porque está lleno de mentiras en su redacción; por parte de la
empresa firmarán los directores de oficinas previamente aleccionados (menudo
marrón les ha caído), conteniendo en su estipulación quinta la trampa saducea
al recoger que el trabajador que acepte la percepción del plus, reconoce que
LBK no le adeuda nada derivado de las medidas de restructuración vigentes en
2013 (unilaterales y las del acuerdo SIMA), y que renuncia a presentar acciones
administrativas y judiciales relacionados con el ERE nulo 247/13.
CSICA os hace la siguiente pregunta: ¿de verdad que para
percibir este maquiavélico “plus de productividad” hay que hacer semejante
enjuague? La respuesta en una entidad bien dirigida sería que NO. Pero en una
entidad alocada como LBK, la respuesta es que SÍ. Este banco lleva 7 años
engañando a “sindicatos amigos” y a los trabajadores, y la concesión de este
plus, es la mentira más zafia y burda de todas.
La calificación jurídica que este vodevil nos merece a CSICA
es la de que estamos ante un FRAUDE DE LEY como una catedral. Este “plus”
ligado a la productividad, puede desaparecer cuando LBK quiera, o si la
calificación del desempeño no es favorable. Esta obstinación de Menéndez dada
la posición de prevalencia del banco está rozando el delito de desobediencia
agravado al no cumplir pacíficamente las sentencias de la AN y del TS. Y
además, el invento supondría al banco un ahorro prácticamente del 50% de lo que
adeuda a la plantilla, porque pretende ahorrarse los intereses de demora del
10% anual, más el interés legal del dinero de los otros concepto, más 2 puntos,
y sisando en la oferta.
Para CSICA, esta ocurrencia de LBK, no supone cumplir de modo pacífico con el acuerdo de excedencias de
01.06.16 ni con las sentencias firmes ya conocidas, por lo que hay
materia para acudir de nuevo a los tribunales. Además, LBK discrimina a los
excedentes y a quienes ya han celebrado juicio, porque no se ha dirigido a
ellos teniendo el mismo derecho que los trabajadores en activo.
Otro aspecto importante a denunciar es que la firma del
“contrato de adhesión” se hará por parte de los directores de oficinas, que son
apoderados del banco a efectos comerciales, pero no laborales, por lo que lo firmado
será papel mojado y, por ello, no tendrá efectos legales válidos ante los
tribunales. Como tampoco lo hubiese tenido, el pseudo “acuerdo”, si se hubiese
firmado por los “sindicatos amigos” (UGT y CSIF).
La recomendación de CSICA es que no se firme este documento en los
términos propuestos por LBK, al ser ilegal, y que, en caso de
recibir presiones o amenazas, nos lo comuniquéis a la mayor urgencia para parar
los pies al más pintado.
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