jueves, 12 de noviembre de 2015

Patrañas, filfas e infundios


LA INTERMINABLE HISTORIA DE
LOS RIESGOS PSICOSOCIALES

Ya os hemos contado en otras ocasiones la batalla que tenemos para que el empresario deje de perseguir a los trabajadores con métodos irracionales de dirección, que en China llamarían la atención por excesivos. Sufrís en vuestro lomo una presión y un control agobiantes que muchos compañeros/as no aguantan,  acabando con sus huesos en los dispensarios médicos donde se les prescriben bajas por cuadros de estrés que pueden prolongarse por espacio de muchos meses (conocemos a una psicóloga de la sanidad pública que cuando llegas a la consulta, te pregunta ¿sector?, dices “banca” y contesta ¿Liberbank no?) La entidad del problema en LBK es aproximadamente el doble que la media de la Banca y alcanza anualmente varias decenas de miles de jornadas perdidas por este motivo. Esta es la realidad incontestable, objetiva.

Existe una Ley en este país, de riesgos laborales, que acaba de cumplir 20 años. Y LBK, como viene siendo habitual —con todas las demás, menos la de reforma laboral—, se pasa esta Ley por el forro de sus…caprichos. Aplicar esta norma supondría dotar a los trabajadores de un modelo organizativo libre de estresores y esto no les gusta, así que han decidido “pasar” de esta Ley porque respetarla, sólo mínimamente, supondría renunciar al modelo autoritario, despótico y tóxico que han construido en 4 años. La solución es no respetar la Ley, ignorar los mandatos que en ella se contienen y entre ellos la evaluación de los riesgos. Si los riesgos psicosociales no se evalúan pues los riesgos no existen. Esta es la conclusión a la que llegó la mente lúcida que dirige esta parte del cotarro.

Primero se evita el cumplimiento, después se va prometiendo por Comités e Inspecciones de trabajo cosas que se incumplen siempre, para finalmente diseñar una torpe estrategia de dilación. Después de proponer a los sindicatos una metodología validada por los organismos públicos competentes por espacio de ¡un año¡ y aceptarla unos sindicatos sí y otros no, anuncia cambio de método, un método desconocido (cómo será que no viene ni en Internet), sin validación alguna por ningún organismo competente, sin respetar por tanto la normativa de aplicación, y desarrollado por una Mutua a la que LBK no está ni asociado, que tiene prohibida por Ley este tipo de actividad preventiva, un método por el que hay que pagar, y ahora viene lo mejor: una Mutua que está presidida por el jefe de relaciones laborales del Banco Santander.

O sea un engañabobos (alguno ya cruzó la frontera). El pseudo método no proporciona la confianza, la validez ni la fiabilidad que exige la normativa, y únicamente ha sido desarrollado para bancos que quieren “engañar” a la ley con apariencia de cumplimiento —deprisa y corriendo tras una Sentencia en la Audiencia Nacional contra Caixabank y las correspondientes advertencias de CSICA al Director General de Recursos Humanos—, a los trabajadores, y por lo que hemos visto, también a alguno de sus representantes.

Como es natural a CSICA (y a cualquiera otro que tenga sólo un poco de olfato y un único dedo de frente) estas patrañas amateurs del Director de relaciones laborales de LBK, no sólo han de producirle aborrecimiento, que también, sino sobre todo cabreo por el desprecio a la inteligencia que supone presentarse después de 4 años de espera (y después de tropecientas sanciones de la Inspección de Trabajo) con una herramienta diseñada por el Jefe de relaciones laborales del Banco Santander, que hay que joderse pa’ no caerse.

Naturalmente CSICA se ha opuesto a esta patraña en todos los Comités de salud y se dispone a acudir a los tribunales si el empresario se obstina en continuar ignorando la ley, siempre en la mejor defensa de los intereses de los trabajadores.

Sólo nos dedicamos a eso.

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