Hace
apenas tres días recibimos la invitación del sindicato CCOO para suscribir una
recogida de firmas de los trabajadores de LBK en Cantabria pidiendo la
readmisión de dos compañeros despedidos recientemente. Nuestra respuesta fue
que estábamos absolutamente de acuerdo con lo que en ese escrito se denuncia.
No
podemos por menos que sumarnos a la denuncia de lo que LBK está haciendo con la
plantilla de Cantabria, y nosotros lo sabemos muy bien porque estos dos
despedidos no son los primeros. Uno de nuestros afiliados fue despedido
recientemente “por no archivar” (sic), y también barajamos medidas similares a
la ahora propuesta.
Sin
embargo, entonces pensamos, y seguimos haciéndolo, que la medida más adecuada
para combatir la persecución permanente que está padeciendo la plantilla de
Cantabria, no era la recogida de firmas de los trabajadores. Y no lo era por
dos razones, en primer lugar, porque ponerles en la tesitura de firmar y ser
represaliados por ello —algo no descartable, ni mucho menos, atendiendo a la experiencia
con este empresario— sólo añadiría presión y estrés a una plantilla ya de por
sí totalmente atemorizada y vilipendiada.
Pero
es que, además, tampoco esta exposición al riesgo de los trabajadores supone, a
nuestro juicio, ninguna eficacia ante el empresario, que es bastante previsible
no esté dispuesto a aceptar el retorno de estos compañeros, injustamente
despedidos. Parece razonable pensar que un empresario que no respeta los
derechos fundamentales, las leyes, los acuerdos ni las Sentencias, aunque sean
del Tribunal Supremo, tampoco vaya a dar pábulo a una petición, por razonable
que sea, de los trabajadores.
En
SIBANK creemos que la función de reivindicar o denunciar todas estas tropelías
debe correr a cargo de los sindicalistas, arropados por la ley en forma de
garantías sindicales, que nos permiten actuar con libertad en estas denuncias,
sin necesidad de exponer a los trabajadores a riesgos innecesarios.
Por
eso hemos presentado al resto de sindicatos en estos últimos años acciones de
una contundencia acorde con la actuación desmedida e intolerable de un
empresario que parece que ha elegido Cantabria como escenario de sus peores
perversiones de gestión.
Por
eso, en su día, ofertamos al resto de sindicatos de Cantabria distintas acciones
como una denuncia pública de la discriminación y persecución de esta plantilla,
o denuncia ante la Fiscalía de Cantabria por infracción penal, algo que fue desestimado por el Comité de Empresa,
a pesar de que esos mismos sindicatos
lo habían suscrito en Extremadura donde los dirigentes de LBK están imputados
penalmente al hacer suya el Fiscal la denuncia presentada por los mismos, e
incluso menos graves, hechos.
Estas
denuncias les han costado en estos últimos meses a representantes de SIBANK
persecución sindical a manos de LBK en forma de traslados u otras. Pero hemos
conseguido que los tribunales les repusieran en sus derechos. En SIBANK
entendemos que esa es la función de los sindicalistas. Los trabajadores
bastante tienen con aguantar lo que aguantan a diario.
Alternativamente,
nos hemos ofrecido, y volvemos a reiterar el ofrecimiento, a sentarnos con los
sindicatos y buscar estrategias ante este empresario menos arriesgadas para la
plantilla y, sobre todo, mucho más eficaces.
Nota: Propuesta de CSICA al Comité de Empresa de Setiembre de 2017 que fue rechazada mayoritariamente
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