jueves, 20 de septiembre de 2018

DÍAS DE MUCHO, VÍSPERAS DE NADA




En alguna ocasión anterior ya debimos autocorregirnos. Veníamos de sostener que esta empresa no tenía un modelo de gestión, para concluir que sí lo tenía. Se llama entropía y es la disciplina que se ocupa del desorden de un sistema. Es como si existiera el propósito estratégico de que nada tenga un orden lógico.

Vean sino lo sucedido con la clasificación de Oficinas. Los dirigentes de LBK, como en tantas otras materias, decidieron no respetar lo que habían firmado en el Convenio Colectivo en lo referente a la clasificación de oficinas. Su pretensión era— como no—, dejar de retribuir a los directivos de las oficinas por el negocio gestionado y la carga de trabajo.

Tras el preceptivo paso por los tribunales, les ordenan hacer una clasificación acorde al Convenio, y el día 8 de junio de este año nos envían una clasificación de todas las UGC’s del Banco, así como los criterios para calcularla: saldo medio de Activo, saldo medio de pasivo, y carga de trabajo, con una ponderación respectiva de 20-60-20.

Naturalmente y conocidos los antecedentes, LBK no ha respetado la participación de los trabajadores, que tienen derecho a pronunciarse sobre los sistemas de clasificación elegidos por el empresario a través de Comités de Empresa y delegados sindicales.

En el Cuadro adjunto puede observarse cómo a lo largo de dicho año LBK identificaba 317 UGC’s que se repartían en distintas categorías y porcentajes.

Cuál no sería nuestra sorpresa cuando LBK nos remite el 11 de setiembre de 2018 una nueva clasificación de oficinas referida esta vez al año 2018. Como quiera que el año 2018 no ha terminado aún y que, cuando la limosna es grande hasta el santo se mosquea, nos dispusimos a comparar la información recibida con una diferencia de 3 meses.

La primera sorpresa fue comprobar cómo el número de UGC’s del banco había caído en tan solo unos meses en 33, o lo que es lo mismo, más de un 10% se había esfumado en la última clasificación.

Comprobadas cuáles faltaban, descubrimos sorprendidos que, entre otras, faltaban 3 UGC’s que se llaman “agentes”. Fíjate tú, que en el Banco, señero e innovador en generar empleo precario, mal pagado, sin derechos, sin defensa sindical, que intenta por todos los medios aparentar que los agentes nada tienen que ver con las oficinas tradicionales, va algún torpe e incluye sus saldos con su categoría y todo ¡dentro de una clasificación de Oficinas del Banco!

Seguramente que el autor material de los hechos no fue a la mili. Si hubiera ido, le habrían enseñado que en formación cerrada los errores se notan cuando se corrigen.

Tomamos nota, como decía Juncal. Tras las elecciones sindicales prometemos ocuparnos de los “agentes de Menéndez” con la profundidad que requiere el asunto de esa nueva variedad de esclavos financieros del siglo XXI que les hacen “fijos” por 5 años, ganan 1.000 € al mes, reciben las mismas ordenes, tareas, instrucciones, etc. que el resto de la plantilla, y deben adelantar al patrón la mitad del sueldo que van a percibir (fianza).

Nosotros NO somos los representantes legales de los agentes (son autónomos), pero sí somos un Sindicato que va a pelear para que esta “infección” laboral NO siga propagándose, convirtiendo a trabajadores con derechos y representación, en auténticos esclavos de estos neobanqueros subvencionados.

En la segunda entrega de la clasificación, además del detallito de los “agentes-oficinas”, más cosas nos llamaron la atención. Por ejemplo, hemos visto como los saldos medios de activo por UGC crecían en tan solo 3 meses un ¡53 por ciento! Y no es que haya venido Bill Gates a pedir un crédito, sino que el incremento es generalizado en todos los centros.
Tal vez estos episodios tan inexplicables (e inexplicados) resulten explicativos de por qué nos entregan los datos de oficinas en pdf y por qué reiteran en cada página el deber de sigilo y confidencialidad.

Ya nos hemos referido en alguna ocasión al deber de sigilo, que ellos confunden con el secreto. No lo haremos de nuevo, pero sí debemos recordarles un par de cosas:

  1. El deber de sigilo ha de conciliarse con el derecho a informar libremente a los trabajadores de los manejos que se trae la empresa en algo que afecta a un buen número de ellos. Ellos, los trabajadores, también tienen otro derecho, a ser informados por sus representantes legales.
  2. Y en todo caso, el sigilo resultaría exigible, según la normativa que menciona, a los miembros de los Comités de Empresa y a los delegados sindicales, pero en ningún caso a las secciones sindicales, figuras jurídicas distintas en el derecho del trabajo, que es a quien le envía los datos el banco..

    En lugar de jugar a marisecretitos, sería mucho mejor que explicaran a que están jugando con algo tan serio como la clasificación de oficinas, que responde al esfuerzo de toda la plantilla de la red comercial y del que depende también el sueldo de muchos de sus miembros. Habida cuenta de las diferencias en tan sólo 3 meses es claro que una de las cifras es errónea, y probablemente ambas.

Directivos de LBK ¿por qué no prueban —aunque sólo sea una temporada—, a gestionar esta empresa con un cierto orden y abandonan la entropía como forma de gobernanza?


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