Un mes antes de la firma del
ERE, los 3 Comités de empresa de LBK en Extremadura, por unanimidad de todos
sus miembros, representantes de todos los Sindicatos y de forma muy bien
argumentada, hicieron llegar una denuncia a la Fiscalía de Extremadura en la
que relataban las andanzas del Director de Relaciones laborales y del Director
de Recursos Humanos, quienes de forma más que reiterativa, obstinada incluso,
han ido acumulando centenares, si no miles, de agravios contra trabajadores y
sindicatos del Banco en estos 6 años.
Agravios no menores sino del
mayor relieve, incluso constitucional. De hecho es difícil encontrar un derecho
fundamental, no ya de los trabajadores sino de los ciudadanos en general, que
no haya sido violentado o infringido, en algunos casos de forma reiterada. Y
todos ellos han sido debidamente denunciados ante las Inspecciones de Trabajo y
demandados en los Juzgados del orden social, que casi siempre resuelven a favor
de los trabajadores sin que ello haya tenido ninguna eficacia para el
empresario que continúa infringiendo como si con él no fuera.
La última posibilidad ante el
fracaso de las instituciones del Estado para corregir esta obstinación sólo
puede buscarse en el Derecho penal, que a pesar de ser la última ratio del derecho español resultaba en
este caso adecuada.
La Fiscalía de Extremadura
admitió a trámite la denuncia, haciéndola suya y trasladándola al Juzgado de
Instrucción correspondiente.
Pocos días más tarde de esta
demanda penal colectiva, el empresario convoca a los sindicatos para prolongar
el ERE que todos conocemos. NO pueden argumentar ninguna causa de las
establecidas en la ley para justificar despidos y reducciones de salario, pero
a pesar de todo, un núcleo formado sustancialmente por CCOO, UGT y CSIF, a los
que hemos llamado cariñosamente sindicatos manchegos por ser allí donde tienen
sus mayores apoyos, firman a ciegas, sin causas, sin razones, sin atender
tampoco a las que CSICA argumentó en la mesa.
Además se hizo con toda
celeridad, en un par de días cuando la propia ley concede hasta 15. La verdad
es que era todo altamente sospechoso pero no era la primera vez que firmaban sin
razones (aunque después CSICA les gana en los tribunales).
Por esta misma época el
Presidente del Comité de Empresa de sucursales de Cantabria (CSICA) empieza a
dar los mismos pasos que en Extremadura. En este territorio se han producido
las mismas infracciones, por parte de los mismos actores, con la misma
reiteración (o mayor). Entre esta actividad se incluyen visitas a los máximos
dirigentes de la autoridad laboral de Cantabria, donde se nos llega a decir que
LBK es la empresa que más preocupa de la Comunidad por su altísima
conflictividad en la Inspección de Trabajo, se nos dice que incluso están barajado
la posibilidad de iniciar ellos mismos de oficio demandas ante el orden penal,
porque el resto de medidas no funcionan.
Cuando estábamos documentando
todo ello, UGT insta una reunión urgente del Comité de empresa y CCOO se
muestra también repentinamente interesado en recuperar su actividad en el
Comité (no habían regresado desde su constitución hace 2 años). La propuesta
que traían era cesar al Presidente del Comité de empresa.
Preguntados por las razones,
manifiestan que no tienen por qué explicarlas, y que se trata de un pacto de
CCOO, UGT y CSIF. Nombrado ya el nuevo Presidente del Comité (UGT) los
representantes de CSICA, de forma razonada y argumentada, hicimos una propuesta
que literalmente dice:
- · Que se elabore en el seno del Comité de Empresa una denuncia y posteriormente se presente a trámite ante la Fiscalía de Cantabria para que por ésta se dictamine si la Entidad y en su nombre las personas que tienen estas responsabilidades orgánicas han podido incurrir en los ilícitos penales mencionados, impulsando la acción de la justicia.
Esperábamos que todo iba a
transcurrir con la unanimidad de Extremadura porque los hechos y los actores
son los mismos, pero hete ahí que empezamos a escuchar disculpas de mal
pagador, que si lo dejamos para otro día, que si CCOO ejerce la actividad
sindical desde las secciones sindicales (¿y en Extremadura?).
Nuestra sorpresa fue que tras
un receso, los sindicatos manchegos decidieron votar en contra de la propuesta
de CSICA de denunciar ante la Fiscalía de Cantabria.
Si a esto le añadimos que
CCOO ha utilizado este episodio para negociar la Presidencia de la Comisión de
Control del Fondo de Pensiones de Cantabria (donde ya sabéis que se juntó con
el promotor para impedir que se celebren
elecciones); que CSIF acaba de liberar a un Delegado Sindical en
Extremadura, donde ni siquiera se presenta a las elecciones sindicales, pues todo parece
que no se trate de un asunto casual sino de un plan, de un pacto entre los
sindicatos manchegos y los responsables de LBK para evitar responsabilidades
penales de los directivos, y vete tú a saber qué más cosas.
A partir de ahora le
llamaremos, por economía procesal, Pacto
da Vincci, porque así se llamaba el hotel de Madrid donde se manifestó por
primera vez, y os lo contamos porque nada bueno puede nacer para los
trabajadores de pactos de este tipo. Seguro.
Pacto da Vincci: CCOO+UGT+CSIF+LBK.
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