sábado, 14 de marzo de 2020

SACRIFICANDO PEONES




Exigimos al CEO de LBK que de forma inmediata proceda a hacer lo que le exige la ley: garantizar la salud de los trabajadores, nada menos que ante una emergencia sanitaria, y eso solo se puede alcanzar evitando el riesgo, es decir cerrando las oficinas.

En el mundo del ajedrez cualquier aficionado sabe que los “gambitos” son sacrificios de piezas, generalmente de peones, a cambio de obtener una ventaja táctica.

Esta es la sensación que tiene la plantilla de sucursales de LBK en este momento. Hace unos días hemos tenido una reunión “informativa” los representantes sindicales donde el empresario nos explicó que ellos hacen lo que les dicen en el “sector”. Sería bueno que siempre hubiera hecho esto, así no nos habrían metido la mano en el bolsillo, no estaríamos todo el día en los tribunales, y sobre todo, tendríamos la sensación de que el comandante en jefe—como dicen los yanquis— sabe lo que se trae entre manos.

Han sido muchas las ocasiones en que hemos tenido la sensación de que este empresario ignoraba a esta plantilla, que la había abandonado a su suerte. Hoy, con la crisis del coronavirus hemos podido comprobar que en realidad lo que sucede es que la odia, a juzgar por sus actuaciones.

La última tendencia de este empresario es enmascarar ese desprecio con un postureo absurdo en su Intranet, probablemente pensando que esto les exonera de responsabilidad. Todo ello se ha exacerbado con la crisis médica del coronavirus que ha puesto de manifiesto las mentiras y el desprecio elevándolo, como decíamos, hasta la categoría de odio a la plantilla.

Si esto no fuera así:

¾   ¿por qué se mantiene a esa plantilla de las oficinas en una situación de altísimo riesgo ante clientes cargados de virus?.
Cuando todo el mundo cierra sus empresas siguiendo las instrucciones de los organismos públicos y de las autoridades sanitarias, LBK mantiene sus oficinas abiertas. ¿Cuál es la razón? ¿Se quiere deshacer de una vez de todos nosotros?
Le recordamos al mismo empresario que ha cerrado su despacho, y está en su casa tranquilo, que la ley le exige “garantizar” la salud de los trabajadores. Y que esa salud no se garantiza escribiendo tonterías en una Intranet para luego no cumplirlo, sino tomando decisiones que “eviten el riesgo” primer principio preventivo en esa misma ley.
¾   ¿por qué se desprecia a quienes la ley llama trabajadores “especialmente sensibles”, cuando se han puesto en contacto esperando que lo que decía la circular fuera cierto?
Se les responde que no “por necesidades del servicio”. ¿del servicio a quién, a la patria, al líder, a quién?
El sector bancario ha tenido los santos coj… de explicar que no cierran porque son un servicio público. Y esto es tratarnos de estúpidos a los ciudadanos que hemos visto como han dejado a media España en una auténtica desertización financiera cerrando la mitad de las oficinas que había en 2008. Y LBK repitiendo constantemente el mantra de “nosotros hacemos lo mismo que el sector”, como si las responsabilidades que la ley señala recayeran en “el sector”.

A los trabajadores de las ventanillas, que tienen que soportar las babas de la clientela, lo único que les preocupa es:
¾   Sobre todo, y ante todo, que alguien les diga por qué son los peones que la dirección de esta empresa está sacrificando para cobrar sus incentivos el año próximo.
¾   Que alguien les explique por qué se dice en la Intranet que “la salud es lo primero” mientras les mandan a comerse los virus de la clientela.
¾   Saber por qué no se les trata en términos de igualdad como a sus compañeros que están exentos de riesgo. Les recordamos que la igualdad es un derecho fundamental (art. 14 CE)
¾   Saber por qué no se está respetando lo dispuesto en una ley del estado—la de riesgos laborales— para los trabajadores “especialmente sensibles” mientras les distraen en la Intranet para justificarse ante los organismos públicos por si ocurre algo irreparable. Han convertido este banco en un escenario de cartón piedra.
¾   Saber por qué les anuncian permisos para los padres con hijos que se han quedado sin colegio y cuando lo solicitan les dicen que no “por necesidades del servicio” o lo que es lo mismo “¿qué coño se ha creído Vd., que sus hijos son primero que mi negocio?. Hasta ahí podríamos llegar”

Lo cierto es que en LBK, al contrario que el resto del país, el negocio continúa a pesar del riesgo de los “trabajadores sensibles”, de los otros, de los hijos y hasta del espíritu santo. Llevan 10 años cerrando la mitad de las oficinas, y ahora que es cuando debían cerrarlas, como hace absolutamente todo el mundo, pues estos dirigentes, cómodamente reclinados en su casa han decidido sacrificar a los peones de las oficinas dejándolas abiertas.

Si cierra las oficinas, además de evitar el riesgo, no tendríamos que seguir escuchando payasadas como que las embarazadas de menos de 24 semanas no tienen riesgo, o que si “a mediados de la próxima semana no ha llegado el gel desinfectante llamáis a Administración”.

Vergonzoso, indignante y perverso.

También debemos recordarle a la dirección de esta empresa que la responsabilidad por causar daño de forma deliberada a los trabajadores es un delito en este país.

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