MIENTRAS LIBERBANK SIGUE DESPIDIENDO A
TRABAJADORES SIN MOTIVOS, MENÉNDEZ Y SU EQUIPO SE BLINDAN DE CARA A LA FUSIÓN
En prensa se ha publicado estos días que el CEO de
Liberbank se ha blindado junto a otros 26 miembros, antes eran 11, según datos
que la entidad ha notificado a la CNMV, coincidiendo con las negociaciones de
fusión con Unicaja. Este hecho viene a significar que la misma está muy próxima,
y a falta de concretarse los porcentajes de poder que se deriven de las
respectivas due diligence, de los acuerdos internos en cada entidad y la posterior
aprobación por los reguladores.
A SIBANK y a los trabajadores en general, nos llena
de indignación que mientras la Dirección está despidiendo a mansalva a
trabajadores por razones objetivas y disciplinarias (incluida una mujer víctima
de violencia de género), Menéndez y su equipo hayan acordado que los altos directivos y los
consejeros cobrarán una anualidad si abandonan la entidad en determinados
supuestos de extinción, dimisión o despido de forma improcedente o si la
relación laboral llega a su fin con motivo de OPA (Abanca acecha) u otro tipo
de operaciones. En caso de exigencia de no competencia, recibirán otra
anualidad.
En 2017, estaban blindados los miembros del comité
de dirección, pero en 2018 (viéndolas venir), se amplía hasta 26 los
“agraciados”. En el caso de Unicaja, los directivos blindados se incrementan en
dos directivos.
Parece que estos blindajes en Liberbank pueden ser
legales y dentro de la normativa de retribuciones, pero son inmorales, si
consideramos los hechos recientes y pasados que han acaecido en Liberbank junto
a la desastrosa gestión de personal decretada por Menéndez desde que tuvimos la
desdicha de padecerle.
De entre sus lamentables méritos, a modo muy
resumido destacamos las siguientes:
En Liberbank no existe Plan de Igualdad, ni Comisión
de Igualdad, ni sistema para evaluar los riesgos psicosociales, ni carrera
profesional, ni una eficaz política preventiva, lo que le sitúa al margen de la
ley. Es en estos momentos cuanto, a toda prisa y a todo correr, LBK pretende
ponerlos en marcha. El colmo ha sido el despido a una trabajadora víctima de violencia
de género, precisamente en la semana del 8M.
En materia de absentismo, según los datos que nos
proporciona LBK, tenemos un grado de incapacidad laboral transitoria del doble
de la media del sector. LBK no sólo no busca soluciones, sino que parece que le
interesa mantener la situación, porque a los trabajadores enfermos les paga el
INSS. El CEO Menéndez se ha negado numantinamente a mitigar el problema, siendo
denunciado y sancionado centenares de veces por la ITSS, suponiendo un ERE
dentro de otro ERE. A LBK le trae a cuenta pagar las sanciones que se le
imponen, porque el ahorro en costes le beneficia.
Fuente: Informes trimestrales de LBK y
datos del Instituto Nacional de Estadística.
Los trabajadores de Liberbank llevan padeciendo ERE
tras ERE desde 2013 basados en reducciones de jornada/salario y otras medidas
de ajuste. Las reducciones de jornada son fraudulentas porque los trabajadores
desarrollan su jornada completa y además, casi toda la plantilla percibe la
prestación por desempleo y cotizaciones a la seguridad social a cargo del SEPE,
lo que supone otros ahorros para el banco a costa del Estado.
Cuando los modelos de gestión de personal del sector
se inspiran en principios éticos o de sostenibilidad social, el CEO Menéndez viene
aplicando la movilidad geográfica para despedir a trabajadores a mansalva
decretando traslados principalmente a Asturias. Además, en estos momentos previos
a la fusión, se están produciendo despidos de modo disciplinario y por razones
objetivas, para amedrentar a los trabajadores que no secunden la alocada
política comercial actual decretada en los últimos meses.
En Liberbank no hay trato directo entre Relaciones
laborales y los Sindicatos. Las relaciones laborales se ventilan, incluso las
más sencillas, en los tribunales desde su creación en 2011. Esta es la razón
por la que tiene una judicialización hasta 5 veces mayor que sus competidores
financieros que se salda, además, con más derrotas que victorias porque
generalmente lo que llega a los tribunales superiores de justicia es la
infracción de derechos fundamentales de trabajadores y sindicatos. Las costas
procesales, las condenas seculares, la mora procesal y los honorarios de los
carísimos abogados de Sagardoy y de otros despachos de menor enjundia, no tienen
parangón en el sector financiero.
Todo este cúmulo de mala praxis en gestión de
personal, ha merecido que los máximos
responsables en este Área estén imputados en un proceso penal en el Juzgado de
Instrucción de Plasencia, tras denuncia de los representantes de los
trabajadores, y nos parece hoy algo insostenible. En SIBANK-FINE creemos que ha
llegado la hora de que el CEO Menéndez deje de dirigir por más tiempo. Hace
años que ha alcanzado su techo de incompetencia, y sus colaborados lo mismo,
porque son clones dóciles, incompetentes y obedientes a la voz de su amo.
Los trabajadores, aunque sean legales los blindajes
a 26 directivos de LBK, los daríamos por buenos siempre y cuando el CEO
Menéndez y sus afines dejen de machacar a la plantilla y de aterrorizar a los
trabajadores a diario. Por ello, SIBANK
y la práctica totalidad de la plantilla, anhelamos con esperanza la Fusión con
Unicaja, y deseamos fervientemente que la política de relaciones laborales
pasen de norte a sur. Es la única esperanza para la maltrecha plantilla de LBK.
Esperemos que así sea, y que al CEO Menéndez y a sus
altos directivos les paguen los blindajes inmerecidos y pasen a disfrutar de
una próxima prejubilación.
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