Peter Druker,
considerado gurú del managment, decía
que liderazgo es hacer las cosas y
gestión es hacerlas bien. Se le
olvidó al padre de la gestión moderna explicar cómo se le llama a hacer las
cosas mal.
A menudo nos referimos a la
mala calidad de la gestión de los dirigentes de LBK y tal parecería que se
trata de máximas sindicales sin fundamento, subjetivas. Para objetivar el
asunto resulta imprescindible manejar datos, números extraídos de los registros
oficiales, algo que no es muy frecuente en la actividad sindical (todavía
estamos esperando a que tan sólo uno de los firmantes nos diga en qué causas
económicas se apoyaron para firmar el último ERE).
En CSICA
hemos procurado siempre huir de descalificaciones gratuitas y apoyarnos
en esos números que son tan abundantes y que sólo cuando logras combinarlos
adecuadamente se convierten en conocimiento con utilidad sindical.
Algunos jefecillos explican
en sus “charlas” para rebajar sueldos de directivos que el problema de LBK es
que la plantilla es muy cara. Y nosotros decimos que para cara, cara la suya,
que hablan sin saber, o algo peor, mintiendo por cuenta ajena.
Extraído de otro trabajo de
CSICA en preparación, veamos cómo ha evolucionado la plantilla de LBK desde el
comienzo de la crisis económica y también cómo ha evolucionado el coste medio
empresarial por trabajador. Y además vamos a compararlo con las cifras del
sector financiero, y en especial con las cifras de los Bancos CECA (surgidos de
las antiguas Cajas de Ahorros) y de los Bancos AEB. Como es natural todos los
datos tienen carácter oficial y han sido extraídos de los Anuarios de CECA y
AEB, de la CNMV y del Boletín Estadístico del Banco de España.
En el Cuadro adjunto podemos
ver el tremendo descenso que ha sufrido la plantilla del sector financiero
español tras la crisis económica que comenzó en el año 2008. Esta caída ha
supuesto la desaparición de más de 84.000 trabajadores lo que supone un 27% de
los existentes al comienzo de la crisis.
Sin embargo, si observamos el
gráfico adjunto podemos ver cómo esta caída de las plantillas ha afectado de
forma muy distinta al coste empresarial medio. En los Bancos CECA y AEB incluso
se incrementó dicho coste empresarial medio ya que la reducción de las
plantillas se llevó a cabo mediante desvinculaciones pactadas con los
sindicatos a través de fórmulas similares a las prejubilaciones y los costes de
estas desvinculaciones se anotaron en la partida de Gastos de personal que
utilizamos para el cálculo del indicador.
En Liberbank observamos un
fenómeno curioso, ya que su plantilla se reduce en parecidos términos que el conjunto
de Bancos CECA y muy por encima de la reducción del sector, pero su coste
laboral medio no sólo no se incrementa, como en el resto del sector, sino que disminuye de forma muy importante, desde
los 66,8 miles € de 2008 a los 56,4 miles € en 2016, frente a los 78,1
miles € de CECA y 81,5 miles € de AEB, es decir, un 28% y un 31% menos,
respectivamente.
La razón debemos encontrarla en la aún
inexplicable actitud de los sindicatos de clase que en el periodo analizado, y
ante idéntica problemática (obsérvese la rotundidad de los datos medios de CECA
y AEB) en LBK firmaban (y firman) reducciones de jornada mientras que en el
resto del sector firmaban desvinculaciones (aquí firmaron una y luego se
volvieron atrás).
Reducciones de jornada que
todos sabemos que no eran tal ya que se obligó a la plantilla a trabajar más. Y
esta firma no fue puntual sino que abarca desde
Jun-2013 a Jun-2017, prorrogado posteriormente hasta Dic-2019. Firma que
supuso, eso sí, una fuerte reducción salarial que sirvió para pagar dividendos
a los accionistas.
Gracias a esta ayuda de los
sindicatos de clase, LBK ha reducido su plantilla nominal un 39% en el periodo
analizado y al mismo tiempo, ha reducido en más de 10.000 euros el coste laboral medio.
Desde luego la jugada es maestra para Menéndez, pero despreciable desde el
punto de vista sindical.
La conclusión es sencilla,
nuestros amigos los sindicalistas de clase de LBK (con alguna ayuda extra de
otros) han conseguido que las desvinculaciones de casi 2.300 trabajadores la paguemos
el resto de la plantilla. Ese es el favor que les debemos.
Pero tras esta obviedad, se
esconde una cuestión importante. Si en LBK los costes laborales medios son de 23.000 euros
anuales menos por trabajador que en el resto de Bancos ¿cómo puede estar
en tela de juicio la viabilidad de LBK mientras los demás Bancos salen
adelante?.
La explicación parece
sencilla. Se llama calidad de la gestión.
Y aquí es muy, muy mala. Sirva a modo de ejemplo
el siguiente incidente (ya sabéis que la calidad de la leche se mide con una
gota) acaecido en Extremadura y en plena canícula. Han debido intervenir hasta una docena de personas de
distintas empresas para ocuparse del problema que tiene una Oficina de
la provincia de Cáceres en la que trabajadores y clientes se están literalmente
asando soportando temperaturas de 40º porque no funciona el aire acondicionado.
Conclusión:
A pesar de los 12 intervinientes, la Oficina lleva 2 semanas sin aire
acondicionado. En Extremadura. En agosto.
Esta es la gestión LBK.
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