Reestructuración
y Externalización
En vísperas del puente de la
Constitución tuvimos un deja vu. Nos
pareció estar reviviendo hechos del pasado. Cronológicamente fue así, una
circular farragosa en viernes de puente con una afirmación —se iba a externalizar el back office a una empresa de
nueva creación en Toledo, pero “todos tranquilos” —les dijeron en una reunión—
“a Toledo no vais a ir ninguno porque el personal será externo, de nueva
contratación, sólo tendréis que ir a enseñarles a partir de febrero”—, y una insinuación —se iba a cambiar el modelo
de oficina y ello “podría
conllevar la unificación, la transformación y la clausura de oficinas”.
El mismo día de la
publicación CSICA salió con un
comunicado criticando el asunto, las formas y el fondo que no es otro que la
constatación de una reestructuración organizativa en toda regla con fines
exclusivamente de precarización de salarios y derechos para los nuevos
trabajadores.
Al día siguiente, sábado día
5, la empresa publica una versión inteligible de la circular farragosa en su diario
de cabecera La Nueva España (y tanto, la noticia está fechada a las 5:02 de la
mañana), donde el glosador por encargo añade una frase enigmática “No se precisó si el plan tendrá impacto en
el empleo”.
Tan sólo 10 días después de
la publicación, distintos medios digitales publican lo acontecido en una rueda
de prensa de CCOO poniendo en boca de su Secretario General en LBK, y de su
jefe de sindicato en Madrid, algo que tiene una gravedad importante y que ha
despertado la inquietud de los posibles afectados que lo han leído (y la
nuestra). Se dice en estos medios que este sindicato llegó a dar números
cifrando en un 25% las oficinas que se cerrarán y en 600 los trabajadores de
Servicios Centrales del Grupo Liberbank (300 de Oviedo, cerca de 100 de
Santander, 150 de Cuenca y otros tantos de Cáceres y Plasencia) a los que se
pone “en
riesgo su puesto de trabajo”. (publicamos copia de 2 de estos
digitales, pero hay más).
Tras esta proliferación de
llamadas y esta oleada de inquietud caben dos opciones: que CCOO haya hecho una
“apreciación” subjetiva del asunto no siendo su intención decirlo ni inquietar,
o, alternativamente, que los números de afectados y el riesgo de los puestos de
trabajo sea cierto y se lo haya contado el único que puede hacerlo, el
empresario.
Si se trata de la primera,
pues nada, lo entendemos. Un mal día lo tiene cualquier y con un simple
desmentido serviría para que las aguas regresen a su cauce. Pero, si por el
contrario no se tratara de un lapsus, el asunto tomaría otra dimensión y desde
aquí le pediríamos a dicho sindicato que nos cuente todo lo que sabe, sus
fuentes, reuniones, etc. porque a
CSICA no le dicho el empresario nada de nada.
No tendría nada de anormal,
porque está previsto en las leyes, que un empresario serio, de los que obedecen
las leyes y respetan las sentencias del Tribunal Supremo, ante una situación
evidente de reestructuración de Oficinas y servicios centrales que afectará a
centenares de trabajadores, no sólo consultara a la representación de los
trabajadores, sino que negociara con éstos los términos de la misma. Sin
trampas.
Estamos deseando que nos
llamen. Para explicarles que esto de la eficiencia de Toledo no cuela. Eso de
juntar personas en una nave común para incrementar la productividad es cosa de
la revolución industrial y de las cadenas de montaje. Lo que han facilitado las
nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) es que en la
sociedad postindustrial, conocida como sociedad del conocimiento, cualquier
trabajador puede hacer su trabajo administrativo disponiendo de un PC y una
conexión a Internet, sin perjuicio del lugar en que se encuentre.
Hoy el teletrabajo es una
realidad. Justamente el fenómeno contrario que nos quieren “colar” estos entre
palabro y palabro. Una empresa con nombre industrial “Factoría”, ubicada en una
ciudad cultural, en la que no pueden entrar ni los coches, y amontonando
personas que desconocen absolutamente las funciones que van a realizar es una
película de la que algún día conoceremos el guión, el director y quien la
financia.
Entretanto tenemos que decir
que los problemas de eficiencia de LBK no se arreglan metiendo trabajadores novatos
y baratos, sino quitando altos directivos inexpertos y caros.
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