Como mínimo, y después de una atenta lectura de la Sentencia 74/2020, a la letrada de LIBERBANK y a sus directivos pleiteros les ha debido quedar claro que para esto de ganar pleitos resulta muy importante tener razón. Ya sabemos que ellos, cuando no la tienen suelen “construirla” con la ayuda de sus ineficientes abogados —caros y poco efectivos— y de sus servicios de auditoría, para finalmente terminar pagando, aunque sea tarde y a regañadientes.
En
la Sentencia mencionada el tribunal resuelve declarando nulo lo actuado
por la empresa no sin antes aclarar que “no resultan por lo tanto puramente formales y
estereotipados los razonamientos de la representación sindical relativas a la
solicitud de información”.
El empresario, con su letrada
malhumorada, dedicaron todas las reuniones con la parte social a construir
una realidad que no existía. Para ello no dudaron en ir en contra de sus criterios
sostenidos en ERTES anteriores —la relación de antecedentes de ERES y ERTES
perdidos por LBK, y que figuran en la Sentencia, parece la hoja de cargos de Al
Capone—; reescribir normas de contabilidad y, sobre todo tratar por todos los
medios de entablar negociaciones, como fuera, a pesar de la inexistencia de las
causas.
La parte social—afortunadamente
unida en este caso— entendió que no cabía negociación alguna ya que no se daban
las condiciones de disminución persistente de los ingresos. Y esto de
forma reiterada en todas las reuniones. Y es que esta disminución únicamente
aparecía en un infumable y apócrifo informe encargado a un técnico a tanto la
página desvirtuadora de la realidad.
Pero el empresario se negó
insistentemente —la última reunión fue el 3/12/2019—, a entregarnos la memoria explicativa de esta “disminución”.
Porque no es lo mismo contar mentiras que contratar a otro para que las cuente
por ti. La realidad era que los directivos
conocían la buena marcha de los números cuando estaban tratando de “vendernos”
estos nuevos recortes salariales y que poco después de aplicar estos recortes
se sabría la verdad.
Y así fue. Pocos días después
de comunicados los recortes mediante medidas unilaterales, el empresario se
confesó en la CNMV dando publicidad a lo que nosotros ya sabíamos, que los
números decían exactamente lo contrario de lo que ellos nos estuvieron “vendiendo”
hasta el final—regañinas inútiles de su letrada, incluidas—.
No deja muy bien en el
proceso el letrado a los directivos de LIBERBANK cuando afirma que la
información que se registra en la Comisión Nacional del Mercado de Valores
(CNMV) sirve poco más que para “camelar” a los inversores. Dijo: “La empresa
alega que con los datos transmitidos a la CNMV intentan generar confianza en el
mercado”. Es decir, la vieja dualidad farsante de tenemos dos cuentas, unas
para presumir ante los mercados, y otras para recortar los salarios ¿cuál
quieres que te enseñe?
Pero los 8 sindicatos de LBK,
con firmeza, supimos mantenernos fuera de este intento de engañifa. La letrada
de LBK —que intentó darnos una clase rápida de derecho cuando le hicimos notar
la ausencia de una memoria explicativa de la empresa— ahora debe estar buscando
la forma de corregir también a los 3 magistrados de la Sala de lo Social que le
acaban de decir que
“la
conclusión no puede ser otra que la de entender que la no aportación de
la documentación solicitada por la parte social durante el periodo de consultas
constituye un relevante incumplimiento empresarial, de tal
gravedad, que determina la nulidad de las medidas acordadas unilateralmente por
la empresa tras la formalización del periodo de consultas.”
Es lo que tiene la vida y el
derecho, que a veces viene otro y…te gana.
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