domingo, 8 de marzo de 2015

EVALUACIÓN DEL DESEMPEÑO


O como acongojar a todos para que trabajen por las tardes, en vacaciones, festivos, y demás fiestas de guardar.


Volvemos con este asunto que ha generado mucho más revuelo del que preveíamos, y que tiene a los compañeros y compañeras acongojados. En este Banco lo malo siempre es superlativo y por eso nos quedamos cortos con las previsiones. Se nos queda la boca abierta oyendo al Consejero de Liberbank, Garicano, a la sazón catedrático de economia y estrategia de la London School of Economics, nada menos,  proponer escenarios idílicos donde el capital humano sea la clave de bóveda de un país que “debe ser normal”.

No tenemos espacio ni ha lugar para explicar el capital humano, pero sí dejar, a los efectos de lo que aquí vamos a tratar, unas pinceladas a ver si alguno o alguna se ve representado en esta teoría de quien parece ser el “consejero estrella” de Liberbank.

Las empresas punteras valen lo que valen sus plantillas en función de una productividad bien entendida, y sin que medien los látigos ni los latigazos, que es lo contrario de lo que sucede en Liberbank. El concepto de productividad es imprescindible para el crecimiento de las empresas y de los países, y se sustenta fundamentalmente en el conocimiento, que es como una mezcla de formación e información que se contrasta con los demás. La formación (no la de las tardes) y el desarrollo del factor humano están en la base de lo que hoy se conoce como sociedad y economía del conocimiento. El objetivo último es hacer aflorar el talento, fomentarlo.

Volviendo al superconsejero Garcicano, decimos que en su testa de “genio económico” también porta las dos boinas ya conocidas en esta empresa (las de Menéndez son archiconocidas) pues dice una cosa en la tele y otra absolutamente opuesta en el Consejo de LBK. No sabemos si es que no le cuenta lo que de verdad está pasando, o alternativamente, no le hace ni puto caso nadie.

Buen ejemplo para ilustrar lo dicho es el lío, cojonudo, que están montando con la evaluación del desempeño, que no es evaluación ni tiene nada que ver con el desempeño. Evaluar es señalar el valor de algo y en este montaje que han hecho, teóricamente para buscar y lanzar el talento, lo único que están consiguiendo es acojonar, desmoralizar y desmotivar aún más a una plantilla que no ha olvidado que llegó a gestionar más de la mitad de la clientela en cada territorio y que ahora, 4 años después, se está enterando de que es medio tonta. O tonta entera.

Y lo dicen tipos que ni siquiera la conocen pero que andan atentos a decir a los evaluadores la nota que deben poner, aunque para ello deban mentir, que es lo que está haciendo la mayoría. ¿Cómo se puede hablar de objetividad en una evaluación cuando se le obliga a los evaluadores a rebajar la nota hasta por 3 veces en algunos casos?. ¿Cómo puede hablar de objetividad alguien que evalúa sin conocer al evaluado? ¿Pero qué pantomima de comedia bufa es ésto?

¿Es que de repente ha sobrevenido alguna pandemia que haya convertido sólo en listos a los evaluadores a distancia? Verán, podrán quitar el dinero a los trabajadores, podrán de alguna forma hacer que vayan a trabajar fuera del horario y sin cobrar, pero decirles que son tontos en su cara y por escrito es absolutamente mezquino, cruel, inhumano e irrespetuoso con lo más esencial de las personas después de la vida, que es la dignidad. ¿Pero no se dan cuenta de que este trabajador o trabajadora que se esfuerza durante toda su vida, que se esmera en el trato a las personas, cuando un tipo le pone una nota de 0,4 le está enviando directamente a la humillación y al dispensario médico?  (nuestro índice de absentismo es de más del doble que la media del sector. Y después dicen que no es deliberado).

Pero es que además, como no les explican por qué, algunos evaluadores en su buena fe —también hay muy mala leche— les está diciendo que no les pueden poner más nota porque las puntuaciones altas están prohibidas, porque no van a trabajar por las tardes o porque cogen horas sindicales.

Como quiera que, incumpliendo la Ley, no han dado traslado de la evaluación con carácter previo a Comités de empresa o secciones sindicales, ahora y a la vista de los hechos, desde CSICA exigimos la inmediata retirada de todo este montaje porque creemos que no es todo ello más que una mascarada para segmentar, para dividir, para generar más humillación y desprecio a una plantilla que no se merece estar marginada de esta manera. Una disculpa para crear listas que, tal vez, algún día tengan intención de utilizar. Lo que persiguen las famosas boinas de Menéndez y Garicano, en el fondo, es que todo el mundo trabaje por las tardes, en las oficinas, SSCC, o desde casa, pero que trabajen a destajo…

Hecho que es absolutamente vergonzoso. ¿Se puede saber de qué capital humano habla el Sr. Garicano?



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