CLIMA LABORAL EN LIBERBANK (I)
Mal clima laboral en LIBERBANK:
Crónica de un resultado “cantado”
Nunca nos habían dado motivos los
responsables de personal de este Banco para suponer que la plantilla les
importaba algo más que un rábano. Las agresiones de todo tipo a los
trabajadores, algunas de baja estofa, a sus personas, a su dignidad, a sus
derechos o a sus salarios ya forman parte de la corta aunque sombría historia
protagonizada por estos dirigentes bancarios que nos han tocado en suerte.
Sus hazañas son ya conocidas y
comentadas en los pasillos de juzgados, inspecciones y otras estancias
gubernamentales donde se preguntan de qué planeta vinieron, por sus formas y su
uso indiscriminado del poder, siempre con turbios propósitos contra las
personas con las que quieren desarrollar el proyecto bancario, y siempre al
margen más absoluto del cumplimiento de las leyes y de los acuerdos.
Ésta, y no otra, ha sido la razón
por la que CSICA,
tratando de entender el escandaloso incremento del absentismo en el último año,
se le pasó por la cabeza que tal vez pudiera estar obedeciendo a un plan del
empresario. Eran tantos los testimonios que recibíamos desde distintos
territorios y tan parecidos en su relato que el asunto olía sospechosamente
mal. Muchos compañeros y compañeras nos relataban cómo no pudiendo soportarlo
más, la única salida que encontraban eran el dispensario médico y la baja laboral.
Inicialmente atribuimos esta
situación a los factores de riesgo psicosocial consecuencia de la integración,
distintos modos (malos) de entender las relaciones laborales, o de la gestión
de personas absolutamente desprovista de cualquier tacto. Pero poco a poco nos
fuimos dando cuenta de que algunos compañeros con bajas de larga duración por
motivos psicológicos nos contaban cómo los jefes habían propiciado su situación
de forma deliberada. Entre las cosas que nos contaban —ellos las llaman
“putear”—, comenzamos a visualizar conductas asociables por la doctrina a
factores psicosociales más poderosos. Nos estamos refiriendo al acoso psicológico
o mobbing.
Observamos cómo las víctimas eran
estigmatizadas por cuestiones como no poder acabar la tarea, no ser capaces de
vender seguros por no haber trabajado nunca en una Oficina bancaria, no haber
recibido ninguna formación o la más terrible de no querer prolongar la jornada
tras haberla visto reducida en un 30 por ciento (paradójico esto de la
jornada-acordeón, unos la acortan para que cobres menos y otros la alargan para
seguir produciendo lo mismo —y si no te estigmatizo—).
Tras elaborar un Informe sobre el
asunto se lo remitimos al empresario solicitándole una intervención urgente. La
respuesta fue que nuestra denuncia era falsa, hecha de mala fe y “repulsiva”. ¡
A quién le fue a llamar puta “la zapatones” !. Le pedíamos que hiciera lo que
hacen todos los empresarios del mundo (los de verdad) cuando un indicador se
dispara y el absentismo en Liberbank lo había hecho en un 130 por ciento en
poco más de un año. La obligación legal de evaluar los riesgos psicosociales se
la habían pasado (como todo lo demás que tiene que ver con la Ley) por el forro
de sus caprichos. Debían comenzar por conocer el clima laboral del banco.
Si de verdad estaban interesados
en combatir las bajas y el sufrimiento de las personas habrían de medir la
percepción que los trabajadores tienen de sus condiciones de trabajo para hacer
el diagnóstico. Medir ese clima laboral. Vista la actitud del empresario
denunciamos el asunto a la Inspección de trabajo —Dirección General de Empleo e
Inspecciones territoriales de todos los territorios naturales donde opera el
Banco— a la que le adjuntamos el detallado Informe que habíamos elaborado.
Y además hemos hecho otra cosa. CSICA
ha medido el clima laboral con la ayuda de muchos de vosotros. Y lo hemos hecho
con el mayor de los escrúpulos desde el punto de vista técnico: encuesta
utilizando la herramienta más reputada del mundo (Work Environmental Scale-WES),
con una muestra estadísticamente significativa de la población analizada (368
encuestados de unos 3.900 trabajadores), tabulada con software estadístico
especializado en ciencias sociales, y elaborado por técnicos con experiencia
universitaria. Nuestro único propósito era conocer aquello que el empresario quería
ocultar.
Hoy, finalizada esta encuesta, su
tabulación, corrección y análisis estamos en condiciones de presentar ante toda
la plantilla sus resultados. Os adjuntamos el Informe completo (un considerable
“tocho” para que sea riguroso), pero también un resumen ejecutivo que os
permita conocer los datos y las conclusiones más importantes de este trabajo.
Ya os podemos anticipar que los
resultados son peores de lo
esperado, de verdad. Ahora entendemos porqué se nos llamó “repulsivos” cuando
manifestamos nuestra intención de conocer el clima laboral. Ahora ya no tenemos
ninguna duda de por qué el empresario se negaba a esta medición.
Y es que, cualquier aficionado a
las relaciones laborales sabe que nada bueno puede crecer en un ambiente de
miedo, tóxico, como el que se ha construido deliberadamente aquí (es una conclusión
del trabajo) utilizando procedimientos propios de la Edad Media. El clima
laboral de Liberbank es técnicamente calificable como de absolutamente malo. La percepción que tiene la plantilla de
las distintas variables de su entorno laboral es absolutamente negativa.
Veamos el perfil gráfico de la
muestra total, que apenas presenta diferencias en cuanto a sus resultados en
las distintas variables independientes que hemos utilizado: territorio, edad,
antigüedad, sexo y destino. Da igual qué territorio se elija, qué edad tenga
quien responde, los años de profesión o si trabaja en la Red de Oficinas o en
Servicios Centrales. TODOS unánimes.
Estas son las 10 escalas que se
estudian en el WES. De las 8 escalas “positivas” sólo una de ellas “aprueba” y
es la que tiene que ver con la ejecución de la tarea por los trabajadores. Las
2 escalas “negativas” no pueden ser peores: la Presión (PR), que dobla los datos
de estudios llevados a cabo incluso en servicios hospitalarios de urgencias, y
el Control (CN), más de lo mismo. Observad también cómo la escala Apoyo (AP)
que mide el “Grado en que los jefes ayudan y
animan al personal para crear un buen clima social” ni siquiera
llega a una puntuación de “1” en una escala de 0-9.
No os perdáis el resumen
ejecutivo (descargable) que publicamos más abajo, y para quien quiera
profundizar más también puede descargar el informe completo.
Hacemos un llamamiento serio, desde la
responsabilidad, al empresario para que, conocidas las variables
determinantes de este mal clima laboral, intervenga en las mismas con el fin de
parar esta lacra del absentismo, de la insatisfacción, la desmotivación o la
sensación de no pertenencia. Del sufrimiento de personas.
INFORMES ENCUESTA DE CLIMA LABORAL
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