A
Menéndez no le gusta Cantabria
Nuestra
tarea como sindicato mayoritario en Liberbank es la defensa de los trabajadores
y no poca dedicación precisa, como ya sabéis, frente a un empresario que tiene
una tendencia natural a ventilar todos los asuntos en los tribunales.
Esta
defensa se hace, como no podía ser de otra manera, conjunta para la totalidad
de los trabajadores del Banco sin atender a geografías de destinos ni
procedencias ex Cajas y es que en
CSICA creemos que la peor manera de hacer sindicalismo es hacerlo de unos
territorios contra otros. Esto sólo sirve para que el empresario se frote las
manos.
Sucede
que esta neutralidad sindical es insostenible cuando una plantilla concreta
resulta machacada objetivamente hablando. Este es el caso de la plantilla de Cantabria cuyos trabajadores/as
resultan claramente discriminados con relación al resto de los compañeros que
prestan sus servicios en el resto de Comunidades donde opera el Banco.
La
gerencia del Banco, suponemos que con el visto bueno de su Consejero Delegado,
Sr. Menéndez, y con el Presidente del Banco, Sr. Rivero y del Vicepresidente
Zúñiga Pérez del Molino, ambos cántabros, mirando para otro lado, siempre,
repetimos SIEMPRE, y esto es objetivamente
demostrable, toma decisiones discriminatorias para los compañeros de Cantabria.
No toca aquí ser prolijos pero atendiendo a los dos grandes episodios de
reestructuración de plantillas, la de Cantabria fue con mucho la más
perjudicada por la reducción de jornada (buena parte de la plantilla al 30%) y
de salario. No sirvió de nada que nos mostráramos críticos cuando otros
firmaron el ERTE. Lo mismo está sucediendo con los cierres de oficinas y
consiguientes excedencias de personal.
El Banco manifestó en mayo pasado a los representantes de los trabajadores que sobraban 979 trabajadores en toda España. A pesar de que NO se aportaron a la mesa de negociación las razones, ni siquiera qué centros desaparecían, en CSICA tuvimos una filtración mediante la cual supimos que 339 centros del Banco dejarían de tener personal a su servicio, un 33% de las oficinas. En Cantabria el 41%.
Por
la propia evolución de la negociación, y ante la amenaza empresarial de
despidos, CSICA y otros sindicatos
firmamos para que abandonaran la organización bastantes más trabajadores de
esos 979 que la empresa estimaba que sobraban. Era previsible en estos términos
pensar que los “excedentes” de cada región pasarían a cubrir el puesto de los prejubilados.
Y efectivamente así ha sido en todas las regiones menos en CANTABRIA que de nuevo se ha visto marginada por esa
gerencia que en lugar de adecuar el programa de bajas a los excedentes que van
surgiendo ha optado por trasladar fuera de nuestro territorio a un grupo numeroso
de trabajadores.
Esto
que es objetivamente discriminatorio y arbitrario por parte del empresario se
ha puesto en escena además de la peor forma posible, es decir, recuperando el
conocido estilo de dar traslados a centenares de Km. a jóvenes madres que
deberán optar entre el trabajo o cuidar de sus hijos, todo ello como incentivo
para generar nuevas bajas. A esto se le
conoce como política de género. Forzar a las mujeres a que la familia les
cueste el puesto de trabajo o al revés que resulta aún peor.
Y esto
no es provincianismo, compañeras y compañeros. Esto es simplemente la constatación,
otra vez, de que a la cúpula de LBK no le gusta Cantabria ni sus trabajadores.
Alzamos
desde aquí la voz por quienes se desesperan al lado de sus hijos antes de partir
a un nuevo destino fuera de Cantabria o a la Oficina del paro, impotentes sin
entender nada. Alzamos la voz para pedir que esta plantilla sea tratada igual
que las demás. Sólo eso. ¿Tanto le cuesta a LBK acompasar las prejubilaciones a
los excedentes de las Oficinas que cierran en Cantabria?.
Como
decimos que esto es algo objetivo y lo nuestro es acreditar lo que decimos con
números, ahí van:
1) En el ERTE de Diciembre de
2013 la plantilla de Cantabria fue objetivamente maltratada frente al resto.
Esto queda acreditado con los datos del Cuadro siguiente que es autoexplicativo
Con datos muy actualizados y
sacados, como siempre, de fuentes oficiales la concentración bancaria en
Cantabria antes de los cierres era de 1.374 habitantes por cada Oficina
bancaria frente a los, por ejemplo, 1.056 de Extremadura (23% menos). Esto
elimina la coartada de decir que en Cantabria cierran más Oficinas porque
sobran.
Cantabria, y por tanto sus
trabajadores, se han visto de nuevo marginados por una estructura de cierres
que no se corresponde con la realidad socio-económica comparada. Los afectados por la
reestructuración se sitúan en Cantabria en el 29,2% de la plantilla frente a un
porcentaje medio del 22,1% en la totalidad del Banco y desde luego muy lejos
del 17,2% de Asturias.
El Plan de cierre de
Oficinas, que nos fue filtrado en su día sin haber sido desmentido por LBK,
respondía al siguiente reparto donde puede verse que el abandono del 41,2% de
las Oficinas de Cantabria contrasta con el 30,6% de Asturias por ejemplo
Por si acaso quieren
explicarlo por la vía socio-económica la ratio de Oficinas bancarias de
Cantabria es la más concentrada de la comparativa con algunas diferencias
importantes sobre las otras.
La otra coartada sería decir
que en Cantabria van peor las cosas desde el punto de vista socio-económico.
Aportamos dos contra-argumentos por si acaso a alguno se le está ocurriendo
esta disculpa. El PIB por habitante en Cantabria se situaba a finales de 2015
en los 20.847 euros, superior, tal y como puede verse en el Cuadro adjunto al
resto de territorios de origen de LBK.
Otro argumento macro sería el
grado de ocupación de sus habitantes. La tasa de desempleo de Cantabria (Junio
de 2016) se sitúa en el 15,31 por ciento de su población activa, bastante por
debajo del resto de las Comunidades de origen de LBK
Y
es que si tiras los dados y cada vez caen de un lado es azar. Si siempre sale
el mismo están
lastrados.
Exigimos desde aquí que se pare todo este desatino.
Que lo paren o que nos lo expliquen, si no tendremos la sensación de que siguen
siendo los mismos de siempre