En estos días algunos compañeros que están en excedencia (EPC) han recibido la comunicación (4 años después) de que a partir del 1 de enero deberán reincorporarse a sus puestos de trabajo finalizando así su periodo de excedencia.
Parece que por una vez la dirección de LBK ha decidido
actuar con previsión ante las futuras necesidades de la entidad (no podemos
contar en ese sentido los robos preventivos de los que hemos sido objeto y que
los tribunales se han encargado de corregir en parte) al darse cuenta de que van
a necesitar en torno a 25 personas para gestionar “activos improductivos”,
término no referido a altos directivos de los que darán buena cuenta en
UNICAJA.
Así pues, nuestros maravillosos directivos deciden
llamar de nuevo a trabajar a los compañeros que antes sobraban y que de ninguna
forma pensaban volver a incorporar. Estos se incorporarán a las oficinas en las
que estaban asignados, lo que provocará que compañeros de esas oficinas sean trasladados
a ese departamento de gestión de activos improductivos. Y con esto conseguimos
lo que Lbk siempre persigue con sus decisiones, maximizar los efectos negativos
sobre los trabajadores. Doble win.
Lástima que lo que venden como previsión no sea más
que otro bandazo de este barco sin timón ni timonel.
A las puertas de una fusión cuyo impacto negativo en
el empleo ya cifran algunos analistas en miles de puestos de trabajo ¿era
necesario emprender esta acción?
Pero no nos preocupemos, que ya nos explicará el
sindicato vocero de LBK que esto no solo no es malo, sino que es una decisión
empresarial preclara y visionaria que nos va a venir muy bien y que nos están
haciendo un favor. Como va a ser solo una vez (obviando que en otros años también
se ha llamado a trabajar a compañeros en EPC), el esfínter no va a sufrir daños
permanentes.