lunes, 15 de febrero de 2016

COMPARECENCIA DE MENÉNDEZ


El oso y la piel

Menéndez, en una comparecencia celebrada hoy por espacio de dos horas y media  en el Parlamento asturiano ha mostrado en todo momento una actitud defensiva ante las preguntas que le iban planteando los diputados asturianos sobre su gestión en LIBERBANK. En todo momento el Consejero Delegado ha ido sorteando el interrogatorio alegando que no podía hablar de LBK porque no era éste el motivo de la comparecencia sino que comparecía como patrono de la Fundación Cajastur, cargo para el que fue nombrado precisamente por este mismo Parlamento.

Mediante este recurso, ya conocido para todos nosotros de ponerse una boina cuando le preguntan por la otra, Menéndez —quien tras esta comparecencia deja acreditado que Dios no le llamó por el camino de la oratoria— ha mostrado una imagen que en nada contribuye a mejorar la de LBK, que buena falta le hace.

Titubeante, inexpresivo e incapaz de sostener la mirada de quienes le interpelaban, daría esta comparecencia para todo un tratado de expresión no verbal. El compareciente Menéndez ha ido dando esquinazo a las pretensiones de los diputados que le fueron interpelando sobre sus andanzas en el banco y, también, con los trabajadores.

Tan sólo al final de la sesión, en un discurso prefabricado, el compareciente se ha puesto la otra boina (la que le permitía, ya sin posibilidad de réplica, hablar (bien) de LIBERBANK) para, en contradicción con su postura en toda la sesión, dedicar unos minutos al proselitismo de su gestión. Con su acreditada capacidad dicotómica (que nosotros hemos llamado cariñosamente en alguna ocasión las dos boinas de Menéndez) utilizó una de éstas para no contestar a las numerosas preguntas que le hicieron sobre LBK—porque no había sido convocado para ello—, y la otra para hablar de LBK cuando ya nadie le estaba preguntando.

No ha querido —sin dejar de mirar en ningún momento al bolígrafo BIC tras el que algunas veces parecía querer refugiarse—, dejar pasar la ocasión de anotarse tantos, explicando que la gestión “se ha hecho minimizando el impacto en el empleo, al revés, preservando el empleo y repartiendo el esfuerzo de la manera que se ha entendido más razonable entre todos, una manera que además ha sido ratificada por el Tribunal Supremo en la última de las sentencias recibidas”.

Y en CSICA, que nada tenemos que ver con la comparecencia asturiana, esto nos ha sabido mal. En primer lugar por llamar “razonable” a esa forma de repartir el esfuerzo quitándonos a algunos el 30 por ciento del suelo mientras se lo sube a sí mismo. En segundo lugar, eso de que el reparto del esfuerzo ha sido “entre todos”, es puramente “insincero” —que diría Pocholo—, (y lo sabes). Algunos hemos combatido —y lo seguiremos haciendo— estas formas de “reparto del esfuerzo” y por eso no queremos que el señor Menéndez nos meta en su mismo saco.

En cuanto a que el Tribunal Supremo ha “ratificado” el asunto, ya veremos. Primero el oso y después la piel, señor Menéndez. Mientras tanto vaya echando un ojo a este documento que le adjuntamos.



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